Es el primer refrán y más conocido por mis alumnos, siempre es una consigna para seguir aprendiendo y para quitarle el sentido despectivo y de desprestigio que a veces lleva asociado. La primera estrategia que aplicamos es la de ejemplificar con los intentos y bocetos que han hecho personajes ilustres para llegar a algún descubrimiento, realización de una obra de arte, en general para progresar.
Observando a mis alumnos, llegué a conclusiones como la de que la toma de conciencia y el sentido del "error" se va adquiriendo conforme van ascendiendo en niveles educativos*, y que según el modelo pegagógico del docente, éste puede tomar matices ridiculizantes o ser considerados como algo natural en el aprendizaje, tomando en este segundo caso el valor de elementos enriquecedores reflexivos.
Si tenemos en cuenta que todos los niños en las primeras etapas ecolares, sin distinción, buscan el bienestar que produce el "trabajo bien hecho", el agradar y la aprobación de los adultos, el destacar en lo que saben hacer, hemos de considerar los errores como indicadores de que algo en nuestro planteamiento pedagógico no funciona, tendríamos que analizar entonces cuáles son los puntos de dificultad que manifiesta el alumno, los recursos y estrategias que le llevan a corregir dichos errores y los planteamientos educativos que nosotros como docentes realizamos.
Una práctica común en mi entorno es el uso de la goma de borrar, los aprendices de 1º, en cuanto tienen manejo de la misma, suelen coger buena práctica de ello, habitual es encontrar la actitud de "borrar impulsivamente", sólo con ver la "cara del maestro".
La norma que pongo, aunque planteada como si los alumnos la decidieran, es el de no usar la goma de borrar, en el aula de integración y también en las sesiones de inclusión que programamos, porque "tenemos que leer nuestros errores, analizar porqué se han producido, plantear un nuevo intento...., y además vemos cómo vamos progresando, al comprobar cómo se extinguen". Un error les lleva a la práctica reflexiva y a corregir utilizando otros caminos, volviendo a un estadio anterior de la fase del aprendizaje donde se encuentren, realizando actividades en las que tengan que manifestarse con diferentes tipos de expresión.
Visto desde este enfoque, el efecto que produce en los alumnos es el de sentirse seguros en su actividad y la posibilidad del error no les cohíbe en sus producciones.
MAJO de "Musas matemáticas...para inspirar clases creativas", nos hace una exposición del Error, desde el marco teórico, interesante artículo, al cual os remito. (Gracias por dejarme esa viñeta, tan elocuente, de Mafalda)
*(Si observamos la escritura en la actividad de contar el cuento en viñetas, de la peli "El Gigante Egoísta" en sus actividades, concluiremos que conforme aumentan las capacidades cognitivas y lingüísticas, también aumenta la necesidad de escribir sin error y por tanto el rechazo al mismo, algunos alumnos me solicitaron que escribiera lo que ellos me decían para "escribirlo como es en realidad" y no "a su manera" que era como yo les indicaba).
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