MI POSTERGADA JUBILACIÓN HA LLEGADO
Me siento orgullosa de mi labor docente a lo largo de los 45 cursos dedicados a la enseñanza ( de forma oficial desde 1979 a 2024), siempre atendiendo a la DIVERSIDAD que había en el aula, incluso en aquellos años en los que las ratios eran super elevadas.
Estoy convencida de haber dejado una huella en todo docente que ha trabajado conmigo (ej. Img. 1 y 2, 10 y 11), algunos han seguido la línea, otros por diferentes causas continuaron con otras metodologías más tradicionales, aunque el espíritu inclusivo se les quedara muy adentro. De ellos también aprendí, enriqueciéndonos mutuamente ante esta labor tan importante que es la de enseñar y conseguir el desarrollo integral de nuestros estudiantes, pilares de la futura sociedad, llevándolos por el camino del conocimiento. Muchas gracias a todos y todas, gracias a esta colaboración, la inclusión fue posible. Es curioso que el actual equipo directivo de mi querido CEIP José de la Vega, sean dos antiguos estudiantes, uno de Ciencias de la Educación en prácticas, y otra opositando, Tomás y Auxi, que trabajaron conmigo la inclusión.
Pero sobre todo, la huella más profundamente satisfactoria, es la que he dejado en los estudiantes que pasaron por mis manos, porque las relaciones humanas que han podido disfrutar en todo el proceso de aprendizaje que vivían y las experiencias con las que eran capaces de desarrollar todo potencial y su autoestima, les han ponderado y ayudado a conocerse y reconocerse como integrantes importantes y necesarios en la sociedad, a pesar de que es ésta la que no ha evolucionado en el sentir inclusivo, tampoco las administraciones competentes la benefician, como lo confirma la proliferación de Centros Específicos y su demanda en los últimos años. (Img. 8 y 9, curso 21/22). No es casualidad que muchos de los estudiantes que participaron de sesiones de inclusión, hayan seguido el camino de la docencia.
También las familias han notado el cambio, incluso han modificado su visión ante la discapacidad de sus hijos, han descubierto habilidades y destrezas, sus talentos, y como consecuencia, aumentado su confianza siendo conscientes del potencial que poseen estos estudiantes. Las que más han sido conscientes de estas transformaciones a nivel pedagógico han sido las que he tenido en estos últimos cinco cursos, las de la última etapa educativa a la que pueden acceder, el Programa Específico de Formación Profesional Básica (carente de continuidad en el Sistema Educativo actual para este alumnado), porque ellas han recorrido un camino largo hasta llegar aquí, experimentando frustraciones e incompetencias en el recorrido escolar de sus hijos que les parecían insalvables y que sin embargo, han comprobado que existe otra mirada, otro enfoque, que abre las puertas y los caminos a sus hijos. Las imágenes 3.4,5,6 y 7, es un escrito de las madres me escribieron al finalizar el curso 2021/22, dado que me iba a jubilar, pero que no fui capaz.... ¡¡y seguí!! Gracias por el cariño y confianza que depositaron en mí, a pesar de los recelos iniciales ante lo desconocido.
Y, cómo no, yo, yo me he sentido con una emoción diaria intensamente vivida día a día, enriqueciéndome en cada instante con esa relación tan directa que se establece con esta forma de enfocar la enseñanza, haciéndome sentir muy bien, con ganas de vivir, ilusionándome en cada momento ante los retos que aparecían y con cada estudiante que habitaba el aula. Ese impulso electrificante que hacía que saltara la chispa para seguir fortaleciendo a esos estudiantes tan vulnerables con los que me encontraba en cada curso y que al mismo tiempo, ese contacto y las relaciones sociales en un ambiente distendido, hacía que mis neuronas saltaran y mis emociones estallaran, esta riqueza que me han ofrecido, no tiene precio. Y esto no se suple con ninguna otra actividad de las tantas que puedo hacer en esta nueva etapa de jubilada, a pesar de que me gusten y sean elegidas. Gracias a todos y todas las estudiantes con los que he trabajado, sin ellos y ellas no podría haber realizado mis sueños como docente, por la felicidad que me han aportado en mi vida, porque hicieron de cada día un disfrute de mi labor docente. Los llevaré siempre en mi corazón.
Comparto estos escritos, de mi querido Adrián y de las mamás en este último curso 2023/24, en que mi jubilación es una realidad, sin haber conseguido que la Inclusión lo sea. Este si es un sentimiento de frustración que me produce el comprobar que aunque ha habido muchos avances técnicos, más conocimientos al alcance, leyes que favorecen, la INCLUSIÓN AÚN NO ES UNA REALIDAD, AUNQUE PUDIERA SERLO.
¡GRACIAS INFINITAS!