FUNDAMENTACIÓNDado que las Matemáticas es la Ciencia de lo mesurable, de las cantidades y de la extensión, su aprendizaje es sumamente importante y necesario para el desarrollo cognitivo del niño, pero teniendo en cuenta que los conocimientos matemáticos son instrumentos socializadores en el sentido que son necesarios para comprender la realidad que nos rodea y establecer relaciones con ella, es indudable que el elemento socializador en el proceso enseñanza- aprendizaje no se puede obviar; baste leer la definición de “Matemática” por la RAE: “ Disciplina que, mediante el razonamiento deductivo, estudia las propiedades de los entes abstractos, números, figuras geométricas, etc., así como las relaciones que se establecen entre ellos”, pero es que estas relaciones sólo se producen en un contexto social, son las personas quienes establecen las mismas, por tanto, en en esta definición se incluyen no sólo aspectos cognitivos propios del aprendizaje, del desarrollo de las capacidades cognitivas, sino que además lleva el mensaje de la socialización como condición “sine cuanom” no es posible la evolución.
Desde que era estudiante comprobé que todo conocimiento matemático, era posible de razonamiento, de comprobación, y que lo que a veces, no era capaz de comprender de forma abstracta, bastaba la dramatización del problema para que fuera capaz de comprender e incluso trasmitir a otros compañeros, era más fácil si se ejemplificaba o se manipulaba y se traía a una realidad palpable.
Desde los 4-5 años, los niños establecen relaciones cuantitativas y cualitativas entre ellos, aunque de manera intuitiva y simbólica ya que no disponen de las estructuras necesarias ni de la información suficiente para su organización. Comienzan estableciendo relaciones cuantitativas globales, pero no tienen precisión ni rigor en sus mediciones. Si se les deja solos, las reglas que establecen en el juego son intuitivas, surgen en la misma práctica y de las diferentes situaciones que se producen.
Si a un niño de 6 ó 7 años le damos tres caramelos y le preguntamos cuántos necesita para tener en total 5, nos dirá que 5 ó 2 según su nivel evolutivo, en el primer caso, sencillamente no es capaz de excluir la cantidad que ya tiene, no es capaz de establecer la asociación uno a uno; en el segundo caso, ya ha superado este estadio, sin embargo la operación mental que hace es la de contar desde 3 hasta 5, pero esta operación mental la traduce erróneamente en suma, con lo que si le pedimos que haga la operación matemática correspondiente, nos hará una suma de entre estas dos opciones, también según las capacidades desarrolladas: a: 3+5, ó b: 3+2. Es evidente que el caso b, el niño ha evolucionado, sabe que el a no es el acertado, porque el resultado es mayor, eso no puede ser según sus cálculos, lo que ocurre es que aún no realiza los procesos mentales de reversibilidad del pensamiento, es decir, tiene adquirido el concepto unión pero no así el de resta como parte del total, aunque conozca la mecánica de la operación y la aplique con el sentido de quitar al ser una acción directa.
Así sucesivamente, según crecemos en edad, crecemos como personas, evolucionamos, interactuamos unos con otros y con el entorno y en esta interacción las matemáticas se hayan en todas las situaciones “Podría decirse que las matemáticas se desarrollan porque tratan de resolver problemas o responder a preguntas sobre nuestro mundo” (Jordi Deulofeu, 2010), entonces es necesario que le demos la prioridad necesaria en el proceso enseñanza aprendizaje de nuestros niños y jóvenes, está claro que no todos necesitamos los mismos recursos para ir pasando a estadios mentales más abstractos, pero si les orientamos hacia un aprendizaje basado en las teorías del socioconstructivismo, con un enfoque lúdico, partiendo de lo manipulable y medible, experimentando y expresando, compartiendo y ampliando, analizando y concluyendo, las matemáticas pueden ser fuente de satisfacción y de crecimiento en ellos.
Lo triste en la enseñanza, es que conforme ascendemos en nivel, los métodos utilizados se convierten en cada vez más abstractos, magistrales, con el consiguiente abandono e incluso fobia de los estudiantes a esta asignatura, contrariamente a lo que les ocurre a los estudiantes que en su aprendizaje parten de la experimentación, del análisis, de la observación, que va de lo manipulativo a lo más abstracto, siendo consciente el docente , que esta abstracción no la consigue todo el alumnado de la misma manera. Es un reto el cambio metodológico en este área, sin embargo ese cambio ya existe. Clica en Experiencias matemáticas inclusivas y veréis algunas de las que realizamos en nuestro cole, en sesiones de inclusión con alumnos con n.e.e.
Merece la pena conocer la opinión de expertos en el tema, es una satisfacción corroborar que otros pensadores, matemáticos, definen lo que con mi práctica docente he podido comprobar, hacer referencia a algunas de las aportaciones de A. M. Viera en su libro “Matemáticas y medio”:
“Justificar la importancia de la actividad lúdica en la infancia resulta, afortunadamente, casi innecesario ya que la generalidad de los educadores entiende que el juego es una función básica para el desarrollo infantil, fundamentalmente en lo relacionado con lo afectivo, social e incluso físico.”
Apunto al respecto que en la práctica educativa se van dejando atrás los viejos dichos con respecto a la misma, muy contrarios a los que predicamos, el mismo autor comenta:
“El niño tiende al bienestar, a desarrollarse y a aprender. ....La escuela tradicional, no sólo no establecía correlación entre el bienestar y el aprendizaje, sino que casi los oponía (“la letra con sangre entra”, “quien bien te quiere te hará llorar”, etc.)......
La relación entre bienestar y desarrollo aprendizaje, podemos calificarla de circular, ya que cuanto mejor se siente un niño, más se implica en la actividad, más se satisface, se desarrolla y aprende. Pero también, cuanto más haya evolucionado y más capacidades para aprender haya desarrollado, mejor se sentirá, porque ello le capacita para ubicarse satisfactoriamente en el medio y sobrevivir en él.”
O Jordi Deulofeu (2010): “Es cierto que determinadas prácticas escolares pueden hacer pensar que son aburridas o pesadas, aunque la realización de rutinas sin sentido poco tiene que ver con las matemáticas; pero cualquier persona que haya logrado entrar en el mundo de las matemáticas sabe que su práctica puede convertirse en algo altamente lúdico y estimulante”.
Desde luego que yo he podido comprobar como todos mis alumnos, aún estando diagnosticados con necesidades educativas especiales, han desarrollado sus capacidades cognitivas a través del aprendizaje de las matemáticas con este enfoque metodológico, aventajando entusiasmados a algunos de sus compañeros que utilizaron otras metodologías durante el mismo proceso.
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